lunes, 29 de septiembre de 2008

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Morocho ojos marrones.....Banquete
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martes, 23 de septiembre de 2008

Enigma

Lo ví y me puse nerviosa.






Pero hay un problema. No eras vos.

domingo, 7 de septiembre de 2008

El sello


Jugábamos a que éramos burbujas y flotábamos en un mar de verguenzas y miradas tímidas.


Yo abrí los botones de mi camisa y te mostré mi debilidad.


Vos te bajaste el cierre del pantalón....y en cambio me mostraste tu fortaleza.


Probamos atarnos....intentamos enredarnos...hicimos lo imposible para mezclarnos. Quisimos ser uno.....pero nunca dejamos de ser dos.


Contaste mis lunares intentando llegar a la infinitud de las estrellas, pero al fin te cansaste y rendido...te dejaste caer de espaldas sobre el colchón.


Aproveché para sentarme sobre tus piernas y mirarte allí abajo, sudando, temblando, pero con la derrota impregnando tu ahora...triste y resentida piel.


Yo arriba tuyo....sentada e instalando contacto entre nuestros centros de esa cierta energía, apenas tenía lugar para el helado pudor.


Vi como te agarrabas la frente y secabas las gotas que ella emanaba.


Yo me corría y finalizaba el circuito. En mi...no había lugar para las chispas ni el ardor.


Te mostré mi insensibilidad. No iba a sucumbir a la mayor debilidad humana.


Vos te estabas asfixiando. Yo solo pensé: hombre


Hombre? Acaso pensaba yo que las mujeres no teníamos derecho a morder?....a apretar, arañar..o despedazar?


Te miré, te vi rojo y recordé:


Cántabamos mariposa technicolor. Vos te sacabas la campera...yo tocaba mis primeros acordes con Lunita, mi guitarra. Con ella perdí la virginidad...y con los libros me hice prostituta.

Y no fue un hombre el que me hizo mujer....fue la calle y los malditos tipos los que me hicieron dar cuenta de que ya no era una nena.


Di vuelta y mientras ella resbalaba vos descubrías mi espalda.

Sentía tu respiración entonar melodías y de vez en cuando desafinar por la renovada ilusión y el deseo desenfrenado.

Giré mi vista lentamente y encontré tus marrones ojos rogándome piedad.

Reí, tambien habías abierto tu camisa y yo descubrí tus bellos bañados de una espera de placer. Tu transpiración me daba la bienvenida.

Acerqué un dedo y empecé a recorrer tu cuello...tu pecho...tu ombligo...

Junté tus gotas y las traje conmigo.

Con solo un recuerdo tuyo me era suficiente...con esto ya estaba ebria.

Tus labios suplicantes pedían un souvenir.

Qué más daba si...te lo daba?

Mucho te iba a aburrir....pero poco te haría desear más.


Fue solo un instante.

Estaba de espaldas sobre el colchón...sintiendo un peso...un gran peso-qué raro..no me molestaba- sobre mi-de pronto frío y caliente-cuerpo.
Mis ojos helados no sabían qué decir y...
al momento siguiente noté la inconfundible brasa ardiente mientras algo se hundía en mí dejándome en la conciencia solo algo claro..... me habías marcado con el caliente e inborrable sello.